Había cosas que no podía evitar.
Lugares que no podía visitar
y personas que no podía dejar de amar.
Le costaba aceptarlo.
La realidad la superaba,
y no era dueña del destino.
No todo era manejable.
¿Cómo seguir adelante ahora?
Si sólo era un papel en el viento,
un ente en la ciudad, un fantasma en la historia.
¿cómo forjar su destino
entre siete millones de vidas?
Tal vez era tiempo de buscar
otro camino, de solo intentar
sobrevivir sin aspirar al éxito
ni a la grandeza.
Pero, ¿acaso era mejor
vivir tranquila y segura en la duda
que arriesgarse y fracasar?
¿Cuál era su meta?
Estas preguntas rondaban su mente
al momento de decidir.
Era hora.
Ni mañana, ni en un año.
Hoy.
Se volvió,
se rió,
y cruzó la puerta.